En los años previos a 1856, Nicaragua vivía una de las violentas confrontaciones por el poder entre Conservadores y liberales. Una de las partes en conflicto(los liberales que se autodenominaban democráticos) solicitaron apoyo militar a las fuerzas filibusteras que comandaba William Walker. Y sucedió lo que tenía que suceder, estos emisarios del Destino Manifiesto, detrás de los cuales se hallaba el poder económico del magnate Cornelius Vanderbilt, terminaron haciéndose con el poder, mediante unas elecciones amañadas.
Mientras tanto, en Costa Rica, el presidente Juan Rafael Mora Porras, estrechamente apadrinado por el Reino Unido, se mantenía atento y vislumbra las consecuencias que esa situación podría traer para toda la región. Para ello con la ayuda respectiva, preparó a nuestro ejército con el mejor armamento y disciplina militar, muy lejos del ejército de campesinos descalzos que nos han vendido como discurso ideológico.
Los cubanos se han ufanado de que la primera derrota que sufrió el imperio norteamericano ocurrió en la invasión de mercenarios cubanos organizados por la CIA en Playa Girón o Bahía de Cochinos como prefieren decir otros. En un acto público realizado en La Habana, tuve el atrevimiento de señalar que la primera derrota sucedió el 8 de marzo de 1856 en Santa Rosa, Guanacaste, Costa Rica muchos años antes que Playa Girón.
En ningún momento pasó por la mente del presidente Juanito Mora tomar partido por alguna de las facciones en pugna por el poder en Nicaragua, el veía más allá, veía el peligro real que se cernía en aquella adelantada del Destino Manifiesto para adueñarse de las emergentes repúblicas centroamericanas y atarlas a los intereses esclavistas de los sureños de EEUU y al expansionismo de la Doctrina Monroe.
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Qué lejos está hoy ese instinto de don Juanito del gobernante que tenemos en Costa Rica, frente a los eventos que presenciamos en la región. Ese prócer, que por mucho tiempo quisieron mantener oculto tras la gesta heroica de Juan Santamaría, por fin pudo ser elevado a su categoría de héroe, pero nuestro presidente, Carlos Alvarado, palabras más, palabras menos, piensa que lo que hizo fue defender sus intereses como comerciante.
Este presidente de Costa Rica ha tomado partido por una de las partes en conflicto en las recientes manifestaciones en Nicaragua , que intentaron un golpe de Estado al gobierno constituido.
No contento con esto, en el golpe de Estado que los Estados Unidos promueven contra el gobierno constitucional de Nicolás Maduro Moros en Venezuela, también ha tomado partido por una de las partes en pugna, en espuria alianza con los intereses que quieren apoderarse de los recursos naturales de la República Bolivariana de Venezuela y destruir el Movimiento bolivariano.
Los valores de país de paz, sin ejército y de neutralidad perpetua y activa de los cuales tanto nos hemos ufanado, van quedando hechos jirones, ensuciados, enterrados.
Lejos de aprender la lección que le dio un joven aprendiz de abogado, enmendando la plana al presidente Abel Pacheco, mediante la sala cuarta, cuando éste apoyó la coalición de Estados Unidos para invadir Irak, vuelve a repetir el mismo desatino: el hombre que se tropieza dos veces con la misma piedra.
Cómo han cambiado las cosas, señor presidente, qué lejos vas quedando, presidente Alvarado, que pequeñito te ves a la par de nuestro héroe Juanito Mora. La historia no te absolverá.
(*) Juan Félix Montero Aguilar, Profesor pensionado.
Juanito Mora efectivamente era acaudaladoy terminó en la más absoluta miseria y en reconocimiento a su gesta Libertadora, es vilmente asesinado.
Carlos Alvarado e un limpio que probablemente terminará siendo un hombre acaudalado… despreciado, repudiado, olvidado
Cada sector defiende sus privilegeos,y no los intereses patrios, como antano lo hicieron nuestros heroes.
Cadd habitante de este pais, nacional o extranjero, debe aportar su grano de arena, y no desmoronar la democracia y la cultura de paz.