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viernes, 15 de febrero de 2013

Conmemorar los héroes por su vida o por su muerte.





Gloria Gaitán es la hija del legendario caudillo colombiano Jorge Eliécer Gaitán vilmente asesinado por el dictador Ospina para frenar su inminente ascenso al poder al frente de un masivo movimiento que hubiese cambiado el destino de ese  atribulado país. Su trágica muerte trajo como consecuencia el llamado “Bogotazo”, levantamiento de protesta efectuado no solo en Bogotá, sino en muchas ciudades del país. Quizá el mote de “bogotazo” haya sido acuñado para minimizar o desvirtuar este acontecimiento lleno de justa ira e indignación. Pareciera que en Colombia es ya una  tradición asesinar a los candidatos presidenciales que de alguna manera inquietan el poder, pues Gaitán encabeza una larga lista de ellos.

En el libro “Guerra y Paz en Colombia”  hago referencia a este hecho del bogotazo, a la coincidente visita en ese momento del joven estudiante Fidel Castro a Bogotá y a la simultánea Conferencia de Bogotá, reunión continental en la cual fue creada la OEA, hecho que marcó el viraje de la colaboración antifacista en los frentes populares de la ll Guerra mundial a la lucha contra el comunismo (*)

Gloria Gaitán me escribió  recientemente, he aquí su carta:


Ni Camilo Torres Restrepo, ni Jorge Eliécer Gaitán son importantes debido a su muerte sino por su vida ejemplar de luchadores. Por lo tanto, deberíamos acabar con esa visión necrófila…, que conmemora la muerte y no la vida. Se festeja y recuerda con insistencia el 15 de febrero, día del fallecimiento de Camilo y no el 3 de febrero, día de su natalicio. Así sucede con Gaitán, se conmemora el 9 de abril en homenaje a mi padre, en lugar de aceptar que ese es el DÍA DE LAS VÍCTIMAS, como lo declaró la Ley de Víctimas, gracias a las gestiones que adelantó mi hija María Valencia Gaitán, para señalar así al presidente genocida Mariano Ospina Pérez, culpable del asesinato de miles de colombianos, incluyendo a mi padre, fruto del genocidio al Movimiento Gaitanista, gestado premeditadamente por el Estado, como lo señaló abiertamente mi padre en la Oración por la Paz que pronunció el 7 de febrero en la Manifestación del Silencio en la Plaza de Bolívar. Conmemorar el día de las víctimas es denunciar a los asesinos. Rendirle honores a Jorge Eliécer Gaitán es hacer creer que lo único importante en él fue que lo asesinaran. ¡No! Hay que conmemorar su NATALICIO y el de CAMILO TORRES. No sus muertes. Guerra a la necrofilia!!! Hagamos como en la India, que es día nacional el natalicio de Gandhi y no su muerte, en Estados Unidos, que declararon día patrio el natalicio de Martin Luther King, Cuba, el de Martí; México el natalicio de Benito Juárez, en Venezuela el natalicio de Bolívar y así sucesivamente. Es Colombia tal vez el único país que consagra la memoria de sus héroes el día que los mataron y no el día que nacieron. ¡Pobre país! Por ello no iré, como declaración política deliberada, a la toma de la Plaza de las Nieves mañana miércoles 15 de febrero. Seguiré en campaña en pro de festejar la vida de nuestros héroes y no exaltar su muerte. Cordialmente, Gloria Gaitán
  
He aquí mi respuesta a Gloria Gaitán.

Definitivamente dos visiones encontradas, Gloria, le cuento que  en Costa Rica conmemoramos la gesta heroica del soldado Juan Santamaría, quien  hizo huir  a los filibusteros encabezados por William Walker, líder de aquella  iniciativa privada para conquistar Centroamérica bajo el lema del destino manifiesto, incendiando el mesón donde se habían hecho fuertes.

Costa Rica acudió solidariamente en auxilio de la vecina Nicaragua que había sido invadida y esta batalla se registró en la ciudad de Rivas el 11 de abril de 1856, territorio nicaragüense. También en respuesta a la invasión filibustera a territorio costarricense, donde ya habían sido derrotados en la Batalla de Santa Rosa.  Esta acción le costó a Juan Santamaría su vida y por ello es nuestro héroe nacional.

 El otro héroe, así designado recientemente, Don Juan Rafael Morra Porras, era el presidente de la república en ese entonces y quien fuera la mente y el alma que dirigió la defensa de toda Centroamérica ante la ofensiva de conquista, fue fusilado por sus enemigos costarricenses en el puerto de Puntarenas.


 Ambos héroes son homenajeados cuando se cumple el aniversario de su  trágica muerte, lo  cual no niega, subvalora o subestima el hecho significativo de sus vidas ejemplares y el venturoso  hecho de su nacimiento. Al menos en nuestro caso creo muy difícil apartarnos de esta necrofílica manera de ver las cosas. En el caso de Juan Santamaría su relevancia definitivamente reside en la forma en que ofrendó su vida por la patria. En el caso de don Juanito Mora queda planteada la duda en cuanto a si su mérito reside en su fructífera vida o en su trágica muerte. 
Saludos cordiales.       

Y Gloria Gaitán nuevamente  insiste en festejar la vida, la lucha, los ideales y no la muerte:

“En el caso de Camilo Torres, se puede decir que murió en combate, pero en el caso de mi padre, Jorge Eliécer Gaitán, fue asesinado en el marco de un genocidio al Movimiento Gaitanista que se inició en 1946. 

 La oligarquía colombiana y los historiadores a sueldo han encubierto este hecho hasta el punto de que se acaba de lanzar una película donde se dice que el asesino de mi padre actuó en venganza porque mi padre no le había dado un puesto. Yo tengo testigos de que Roa Sierra, el asesino, no conocía a mi padre y que Plinio Mendoza Neira lo sacó del brazo para que el asesino supiera contra quien debía disparar.  Esas versiones de "un loco" como asesino tienen como objetivo lavarle las manos al presidente genocida Mariano Ospina Pérez. Por eso mi hija hizo lobby en el Congreso de Colombia para que la Ley 1448 de 2011, consagrara el 9 de abril como Día de las Víctimas, para que quede claro que fue un alzamiento popular para derrocar al presidente genocida y que quienes murieron son héroes de la patria porque cayeron en combate para derrocar al criminal. Lo insólito es que sobre las fosas comunes donde los tiró el ejército, construyeron el Centro de Memoria, como si nuestra historia pudiera recordarse hollando las tumbas de nuestros mártires. Hay que eliminar la necrofilia, hay que festejar la vida, la lucha, la pasión, los ideales de quienes han amado su patria. Cordialmente, Gloria Gaitán”
Jf

(*)http://www.librosenred.com/libros/guerraypazencolombia.html



Educador 

lunes, 4 de febrero de 2013

Caminante…si hay camino.


Desde tiempos inmemoriales los pueblos han luchado por mejores condiciones de vida para los habitantes. También quienes se han empeñado en acumular riquezas negándoles a sus conciudadanos una existencia digna. Las desigualdades creadas han generado dolorosos partos a veces sangrientos, ejemplo de ello la Revolución Francesa,  Comuna de París, Revolución rusa, revolución cubana, para citar unos pocos ejemplos.

Desde Owen y Fourier, falansterios y comuneros de Rochdale que dieron origen al cooperativismo. Desde los movimientos sociales en el siglo XVlll que parieron el Manifiesto del Partido Comunista (1848). Desde los primeros destellos de una doctrina social de la iglesia  (encíclica Rerum Novarum  1871) como reacción a ese manifiesto. Desde  las experiencias de socialismo en tierras europeas y asiáticas en el siglo XX.  La lucha de los pueblo por construir sociedades inclusivas se pierde en el tiempo y Costa Rica no está exenta con sus periodos de lucha y reforma social.  Nuevos problemas y desafíos han surgidos desconocidos para esos pioneros de la justicia social en  los siglos pasados, los cuales  nos toca enfrentar hoy.

Un Proyecto país: gente viviendo con  dignidad:                                                                                                                       ( http://www.facebook.com/groups/foro.accion.unitaria/ ) es un esfuerzo que toma en cuenta en la medida  de las posibilidades todos estos elementos. Sus fundamentos ideológicos los podemos resumir así:

Principio de Solidaridad
La palabra solidaridad proviene del sustantivo latín soliditas, que expresa la realidad homogénea de algo físicamente entero, unido, compacto, cuyas partes integrantes son de igual naturaleza. En este sentido, todo el cuerpo social, es decir, la sociedad que la forman todos los habitantes de Costa Rica está conformada por personas de igual naturaleza, seres humanos con necesidades, aspiraciones, sueños y deseos. Es decir, todos y todas las otras y otros son legítimos otros y otras frente a cada quien.

En la teología cristiana, que es la que mayormente compartimos los y las costarricenses, adoptó el término solidaritas, aplicado a la comunidad de todos los seres humanos, iguales todos por ser hijos de Dios, y vinculados estrechamente en sociedad. Se desprende de esta acepción que, el concepto de solidaridad, para la teología cristiana, está estrechamente vinculado con el de fraternidad de todos los seres humanos; una fraternidad que les impulsa buscar el bien de todas las personas, por el hecho mismo de que todos son iguales en dignidad debido a la filiación divina, como hijos e hijas de Dios.

En el Derecho, se habla de que alguien es solidario, sólo entendiendo a éste dentro de “un conjunto jurídicamente homogéneo de personas que integran un todo unitario, en el que resultan iguales las partes desde el punto de vista de la consideración civil o penal”. Para el Derecho, la solidaridad implica una relación de responsabilidad compartida, de obligación conjunta. En este sentido, la conformación y acción del Estado es obligatoriamente solidaria.

En la Doctrina Social de la  iglesia católica, se entiende por solidaridad, la homogeneidad e igualdad radicales de todos los hombres y mujeres, de todos los pueblos, en todos los tiempos y espacios; seres humanos y pueblos, que constituyen una unidad total o familiar, que no admite en su nivel genérico diferencias sobrevenidas antinaturales, y que obliga moral y gravemente a todos y cada uno a la práctica de una cohesión social, firme, creadora de convivencia. Cohesión que será de servicio mutuo, tanto en sentido activo como en sentido pasivo. Podemos entender a la solidaridad como sinónimo de igualdad, fraternidad, ayuda mutua; y tenerla por muy cercana a los conceptos de responsabilidad, generosidad, desprendimiento, cooperación, participación y que revela un interés universal por el bien del prójimo.

El Buen Vivir

Es el núcleo filosófico del pensamiento y actuación individual y colectiva de los pueblos indígenas de América Latina, implica una relación indisoluble e interdependiente entre el universo, la naturaleza y la humanidad, donde se configura una base ética y moral favorable a la conservación del medio ambiente, el desarrollo humano con equidad y de la sociedad, donde se manifiestan y se hacen necesarias la armonía, el respeto y la solidaridad.

La cosmovisión es el conjunto de opiniones y creencias que conforman la imagen o visión del mundo que tiene una persona, pueblo o cultura, a partir del cual interpreta su vida su entorno, y de todo lo existente. Una cosmovisión define nociones comunes que se aplican a todos los campos de la vida, desde la política, la economía o la ciencia, la religión, los valores éticos y morales o la filosofía.

El concepto del Buen Vivir implica por lo tanto, un crecimiento de la calidad de vida de la persona pero en directa vinculación con la naturaleza, una búsqueda del equilibrio entre ser humano - naturaleza, busca el bien común y el desarrollo humano sustentable, fortaleciendo la cultura y sus identidades.

El crecimiento en la calidad de vida se debe lograr a partir de un sistema económico coherente con el cuido de la naturaleza sin alterar el equilibrio natural de la Madre Tierra.

La Ecología Política

Se basa en la aspiración de cada vez más gente de vivir de una manera distinta que no repose tan solo sobre la acumulación, lo ficticio, las deudas y sobre el clamor ciudadano por un reparto más equitativo de la riqueza y un justo intercambio entre los pueblos.

Esta propuesta alternativa, no está inscrita en ningún dogma ni breviario, aunque está ligada a las más nobles tradiciones humanistas, en particular a la oposición radical al racismo, al antisemitismo, al sexismo y a toda forma de ostracismo y dominación. Este proyecto se construirá paso a paso, a partir de los deseos y necesidades de todos y todas, del interés colectivo de los pueblos y de todas las naciones, de la protección de los bienes comunes, de la expansión de los servicios públicos, del reparto de los recursos y del respeto a los equilibrios existentes entre todos los seres vivos. Está fundado sobre los valores de la justicia social y la solidaridad global, en la austeridad y la consciencia de los limites, en los derechos humanos y el dialogo democrático.

Orientará toda actividad humana hacia la reducción paulatina de la huella ecológica, buscando nuevas formas de consumo, producción, transporte, trabajo, intercambio, innovación y una nueva manera de habitar las ciudades y los territorios en la construcción de una nueva sociedad. Controlará rigurosamente los mecanismos de mercado y su prolongación financiera. Estimulará la investigación científica y la creatividad industrial de acuerdo a una perspectiva compatible con las necesidades y los límites de la biosfera.

Este nuevo proyecto de sociedad requerirá una nueva regulación económica y social. Se trata de repensar la organización social según el principio de durabilidad, integrando a la vez el imperativo ecológico y la justicia social: durabilidad de los recursos naturales, durabilidad de la diversidad cultural, de los sistemas económicos del mañana, de los contratos sociales y de los modos de vida. Dicho de otra manera, se trata de realizar reformas incompatibles con la hegemonía productivista y consumista que precipita el desgaste ecológico y social a golpe de desregulación, crecimiento del poder financiero, la comercialización y la uniformización.

Hay caminos recorridos y vueltos a recorrer y hay caminos por  construir. Vamos a construir caminos y a dejar en ellos  nuestra propia  huella.


Jf