Gloria Gaitán es la
hija del legendario caudillo colombiano Jorge Eliécer Gaitán vilmente asesinado
por el dictador Ospina para frenar su inminente ascenso al poder al frente de
un masivo movimiento que hubiese cambiado el destino de ese atribulado
país. Su trágica muerte trajo como consecuencia el llamado “Bogotazo”,
levantamiento de protesta efectuado no solo en Bogotá, sino en muchas ciudades
del país. Quizá el mote de “bogotazo” haya sido acuñado para minimizar o
desvirtuar este acontecimiento lleno de justa ira e indignación. Pareciera que
en Colombia es ya una tradición asesinar a los candidatos
presidenciales que de alguna manera inquietan el poder, pues Gaitán encabeza
una larga lista de ellos.
En el libro “Guerra
y Paz en Colombia” hago referencia a este hecho del bogotazo, a la
coincidente visita en ese momento del joven estudiante Fidel Castro a Bogotá y
a la simultánea Conferencia de Bogotá, reunión continental en la cual fue creada
la OEA, hecho que marcó el viraje de la colaboración antifacista en los frentes
populares de la ll Guerra mundial a la lucha contra el comunismo (*)
Gloria
Gaitán me escribió recientemente, he aquí su carta:
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He aquí mi
respuesta a Gloria Gaitán.
Definitivamente
dos visiones encontradas, Gloria, le cuento que en Costa Rica
conmemoramos la gesta heroica del soldado Juan Santamaría, quien hizo huir
a los filibusteros encabezados por
William Walker, líder de aquella iniciativa privada para conquistar
Centroamérica bajo el lema del destino manifiesto, incendiando el mesón donde
se habían hecho fuertes.
Costa
Rica acudió solidariamente en auxilio de la vecina Nicaragua que había sido
invadida y esta batalla se registró en la ciudad de Rivas el 11 de abril de
1856, territorio nicaragüense. También en respuesta a la invasión filibustera a
territorio costarricense, donde ya habían sido derrotados en la Batalla de
Santa Rosa. Esta acción le costó a Juan
Santamaría su vida y por ello es nuestro héroe nacional.
El otro héroe, así designado recientemente,
Don Juan Rafael Morra Porras, era el presidente de la república en ese entonces
y quien fuera la mente y el alma que dirigió la defensa de
toda Centroamérica ante la ofensiva de conquista, fue fusilado por
sus enemigos costarricenses en el puerto de Puntarenas.
Ambos
héroes son homenajeados cuando se cumple el aniversario de su trágica muerte, lo cual no niega, subvalora o subestima el hecho
significativo de sus vidas ejemplares y el venturoso hecho de su nacimiento. Al menos en nuestro
caso creo muy difícil apartarnos de esta necrofílica manera de ver
las cosas. En el caso de Juan Santamaría su relevancia definitivamente reside
en la forma en que ofrendó su vida por la patria. En el caso de don Juanito
Mora queda planteada la duda en cuanto a si su mérito reside en su fructífera
vida o en su trágica muerte.
Saludos cordiales.
Y Gloria Gaitán nuevamente insiste en festejar la vida, la lucha, los
ideales y no la muerte:
“En el caso de Camilo Torres, se puede decir
que murió en combate, pero en el caso de mi padre, Jorge Eliécer Gaitán, fue
asesinado en el marco de un genocidio al Movimiento Gaitanista que se inició en
1946.
La oligarquía
colombiana y los historiadores a sueldo han encubierto este hecho hasta el
punto de que se acaba de lanzar una película donde se dice que el asesino de mi
padre actuó en venganza porque mi padre no le había dado un puesto. Yo tengo
testigos de que Roa Sierra, el asesino, no conocía a mi padre y que Plinio
Mendoza Neira lo sacó del brazo para que el asesino supiera contra quien debía
disparar. Esas versiones de "un loco" como asesino tienen como
objetivo lavarle las manos al presidente genocida Mariano Ospina Pérez. Por eso
mi hija hizo lobby en el Congreso de Colombia para que la Ley 1448 de 2011,
consagrara el 9 de abril como Día de las Víctimas, para que quede claro que fue
un alzamiento popular para derrocar al presidente genocida y que quienes
murieron son héroes de la patria porque cayeron en combate para derrocar al
criminal. Lo insólito es que sobre las fosas comunes donde los tiró el
ejército, construyeron el Centro de Memoria, como si nuestra historia pudiera
recordarse hollando las tumbas de nuestros mártires. Hay que eliminar la
necrofilia, hay que festejar la vida, la lucha, la pasión, los ideales de
quienes han amado su patria. Cordialmente, Gloria Gaitán”
Jf
(*)http://www.librosenred.com/libros/guerraypazencolombia.html
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