Perfil para un candidato presidencial de la izquierda en Costa Rica.
Preámbulo.
Los especialistas de la CIA se la
ingenian para que las cosas sucedan según sus deseos, incluso fabricando
candidatos para que asuman la presidencia en aquellos países donde han decidido
provocar un “cambio de régimen”. Recientemente fabricaron un Juan Guaidó como
presidente interino para Venezuela y ya
están preparando uno para el cambio de régimen en Nicaragua.
En Costa Rica, Oscar Arias supo
prolongarle la vida al PLN con su figura y postulando a Laura Chinchilla cuyo
caudal político era ser la primera mujer presidente. La derecha es cuidadosa en
asegurar el relevo para mantener el poder, aplicando todos los trucos que le da
la experiencia, inclusive fabricando un partido como el PAC ante el desgaste
del bipartidismo.
En la izquierda el candidato
presidencial que gozó de un consenso entre los otrora significativos partidos
de izquierda, fue el Dr. Rodrigo Gutiérrez Sáenz, quien asumió el rol que le
asignaron con gran responsabilidad, sin éxito hasta que decidió desistir en el
esfuerzo. Los partidos de izquierda se debilitaron y algunos se extinguieron,
tiempos como aquellos no los volvimos a ver. La izquierda quedó disgregada,
dispersa, debilitada, sin norte, huérfana.
Decía Manuel Mora Valverde,
después del 48, cuando se abrían posibilidades para la izquierda de participar
en elecciones - pese al párrafo ll del artículo 98 de la Constitución Política:-
“Hay que buscar un buen candidato”. Generalmente se escogía una figura pública
reconocida por una serie de cualidades entre las que sobresalían su amplitud,
capacidad intelectual, formación democrática y no ser un anticomunista.
Qué más quisiéramos nosotros que
contar con un Andrés Manuel López Obrador (AMLO), como candidato, con su
demostradas capacidades de perseverancia, tenacidad, oratoria (sin ser gritón),
una persona que supo asimilar la derrotas como candidato del PRD, hasta tomar
la decisión de hacer su propio partido político (MORENA). Un líder empeñado en
ser presidente para llevar adelante su propuesta de gobierno, capaz de enfrentar a la prensa sin amilanarse ni
ocultar sus ideas o simpatías por cálculo político, siempre con la respuesta
adecuada a las emboscadas de la prensa. El lema de AMLO es: Este es el fin del
neoliberalismo en México.
El candidato presidencial lo
resume todo, es la cabeza, es el líder, es el que despierta pasiones y odios.
En el PC aprendimos a anteponer la colectividad, la masa, el pueblo, el
Partido, antes que los líderes como protagonistas de la historia. Eso no quita
valorar el papel de los líderes y hasta caudillos. Recordemos que en España
“Podemos” se inició con un movimiento que hacía gala de la horizontalidad y las asambleas, pero en
determinado momento el sistema los obligó a nombrar un Secretario General y un
candidato presidencial.
Sobre las Garantías sociales y el
Código de trabajo en Costa Rica, muy pocos hablan de la Iglesia Católica, el
Partido Republicano Nacional, el Partido Vanguardia Popular como sus gestores,
se personalizan los hechos históricos, todos reconocen como protagonistas de
esta Reforma Social a Rafael Ángel Calderón Guardia, el Arzobispo Monseñor
Víctor Manuel Sanabria Martínez y al Lic. Manuel Mora Valverde.
Este largo preámbulo es para
justificar la idea de que, en Costa Rica, la izquierda, entre todos, debemos
darnos a la tarea de:
“Construir” un candidato presidencial.
CARÁCTERISTICAS:
Primero: Que quiera ser
presidente.
Segundo: Que se sienta capacitado
para ello.
Tercero: Que tenga su propio
proyecto de gobierno.
Cuarto: Que no sea un
anticomunista.
Quinto: Preparación académica en
alguna carrera universitaria.
Sexto: Dominio de un segundo
idioma (deseable).
Octavo: Edad entre los 30 y 50
años.
Noveno: Buena presencia y
oratoria.
Décimo: Su propuesta de gobierno
debe estar encaminada a ir desmontando el modelo neoliberal que se ha venido
instaurando en el país dese hace treinta y cinco años y en su lugar recuperar y ampliar el Estado Social de
derecho.
Décimo primero: En el plano
internacional, deberá seguir una política de buenas relaciones con todos los
países del mundo y que no signifique subordinación al Departamento de Estado de
los EEUU. Una política independiente pero solidaria con los gobiernos y pueblos
que intentan y desarrollan una política latinoamericanista, según las enseñanzas
de próceres como José Martí, Simón Bolívar y Juanito Mora.
Juan Félix Montero Aguilar.
27-05-2019
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